jueves, 10 de mayo de 2018

Para brindar por ti, Andrés

...Pasan los años


….Pasan los años, la vida ya no es más que un sonámbulo, que se va adentrando en la noche y la noche está sin ti...

No es mío, ¡que más quisiera!, es una letra de Luís Eduardo Aute, y además es una canción de amor o desamor, pero no sé porqué, cuando me puse a escribir esta crónica, se me vino a la cabeza y tras un momento de duda, acerca de la conveniencia o no de la cita, pensé... -y qué sino amor, es lo que se siente cuando se comparten alegrías y penas, risas y lágrimas, silencios y charlas, sí, definitivamente me apropio, con el permiso tácito de Don Luís, de la primera estrofa de su canción -Sin ti-, para hablar de Andrés, porque él, es el leitmotiv de esta convivencia.

Convivencia que poco antes de las ocho de la tarde comenzó en los aledaños de la iglesia de San Francisco, unos sentados en Los Tres Califas, otros a la puerta de la iglesia. Llegamos de diferentes lugares, los de aquí tenemos menos mérito, los de fuera sí que lo tienen.

A las ocho comenzó la misa, en el altar mayor de la iglesia, concelebrada por el párroco y por otro sacerdote muy unido a Andrés por el tema del “teleclub”.

En la primera bancada Jenny, Andrés y familiares y apoyando nosotros, sus amigos, los del “teleclub” y los del grupo de “los curillas”

En la homilía, el sacerdote condensó los aspectos de la vida de Andrés, que nos hacían partícipes de ese amor que citaba al principio, y en torno a él nos reunimos a recordar el año transcurrido desde que Andrés se fue.

Al final, antes del “ite misa est”, Manolo Muñoz Medrán, leyó unas elegías escritas por Andrés Osado Gracia y por mi, luego, fuimos abandonando el templo y continuaron los saludos en el exterior del templo.

Haciendo gala de esos dichos, que recomiendan beber vino en estas circunstancias, nos encaminamos a Plateros, nuestra sede oficial, para brindar “in memoriam” de nuestro amigo Andrés, al que imagino sentado a mi lado y seguro que reiría cuando yo dijese... -Andrés, vamos a brindar a la salud del difunto...-

De la convivencia en Plateros poco puedo decir, porque tuve que ausentarme pronto, solo que estábamos sus amigos, los que pudimos hacerlo, otros no pudieron por diversas circunstancias, pero que estaban allí, con nosotros..., como Andrés,  tautológicamente, of course.

Antonio Martínez Rangel
Córdoba, 8 de mayo de 2018

5 comentarios:

  1. Enhorabuena por la crónica Antonio.
    Gracias. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Tautológicamente perfecto, amigo margarito Antonio. ¡Qué más se puede pedir! Con estas sencillas, pero grandilocuentes letras, has dado un profundo sentido de sensibilidad al acto de recuerdo de Andrés. Me ha alegrado, un montón de montones, el haberte leído. Gracias por haberme puesto al corriente.

    ResponderEliminar
  3. Gracias, Antonio por informarnos de tan hermoso acto de amor. Cada día me demuestras que tienes un gran corazón y que eres sobre todo eso, un gran amigo. A mi me lo has demostrado PACO RAYA.

    ResponderEliminar
  4. Magnífica descripción de un acto solemne de amistad y de respeto, en recuerdo de nuestro compañero Andrés.
    Un relato sentido por parte de Antonio, que nos une fraternalmente en la distancia a quienes estamos lejos, con los compañeros asistentes a la Misa de Réquiem.
    Un abrazo.
    Juan Martín

    ResponderEliminar